Los trabajadores de los talleres de Renfe tendrán que seguir esperando al menos unos meses para el traslado de la actividad de la empresa del paseo de Farnesio al Páramo de San Isidro. El alcalde de Valladolid, Óscar Puente, y el concejal de Urbanismo, Manuel Saravia, mantuvieron la semana pasada una reunión con el presidente de la compañía, Isaías Táboas, para tratar diferentes temas, entre los que se encontraba los plazos para un traslado que ya acumula más de cuatro años de retraso. Puente salió satisfecho de la reunión, pero rehusó fijar una fecha para el inicio, habida cuenta de las continuas predicciones que no se han cumplido en los últimos años. Se limitó a decir que Renfe quiere trasladarse «lo antes posible» y que la ‘mudanza’ empezará «en muy poco tiempo».
No obstante, los trabajadores de los talleres sí que recibieron información la semana pasada sobre este extremo. Aunque a ellos tampoco les dieron una fecha exacta, desde la compañía les trasladaron en una reunión que «antes de finales de año» no se podrá comenzar con estos trabajos. Primero hay que hacer una serie de reformas en las nuevas instalaciones sin las cuales la plantilla no podría sacar la producción al mismo ritmo que lo está haciendo ahora en el paseo de Farnesio. De hecho, Puente reconoció que hay «un diagnóstico pormenorizado de lo que hay que hacer para iniciar el traslado».
Por ejemplo, existe un problema con los «colchones de aire» que sirven para mover los vagones. «Hay que meter un componente de plástico en una placa de hormigón situada en un desnivel para que no se hunda», explican fuentes de la plantilla. También hay que desarrollar un plan contra incendios en algunas zonas y realizar las evaluaciones de riesgos de algunos puestos de trabajo. Además, son necesarios «algunos retoques» en los almacenes que permitan trabajar en la parte superior de los vagones, además de cerrar ciertos trámites administrativos, como firmar en convenio de cesión de uso de las instalaciones. Ahora solo hay un permiso temporal que limita la actividad a probar ciertas algunas máquinas.
Son pequeños detalles que están retransando el ansiado traslado, aunque los trabajadores reconocen que en las últimas semanas se están haciendo las cosas con mucha más celeridad que antes.
Hay que tener en cuenta que este traslado supondrá más carga de trabajo para los talleres. Por ejemplo, las nuevas instalaciones están preparadas para acoger vagones del AVE de la serie 103, los que circulan entre Madrid y Barcelona, de modo que se podría asumir el mantenimiento de los mismos. En el paseo de Farnesio es imposible. Con todo, los talleres cuentan actualmente con una buena carga de trabajo, como demuestra el hecho de que hay 150 personas subcontratadas, aparte de las 520 de plantilla.
deterioro. Una de las quejas de la plantilla es el estado de las actuales instalaciones, pese a una reciente inversión de 80.000 euros. «Hemos tenido problemas con la calefacción, con goteras que eran cataratas y riesgos de desprendimientos», denuncia el secretario de la Sección Sindical Ferroviaria de UGT, Gregorio Ferreras. Evidentemente, Renfe no está dispuesta a realizar un desembolso excesivo en un taller que va a quedar sin uso en unos meses. Pese a todo, los trabajadores siguen siendo excépticos cada vez que alguien les da una fecha. «Son tantas las que se han dado en estos años...», ironiza el responsable de laSección Sindical de CCOOen Renfe, Andrés Gallego.
Por eso Puente no quiso volver a hacerlo tras la reunión con Táboas, mientras que el portavoz del Grupo Municipal Popular, José Antonio Martínez Bermejo, calificó como un «auténtico fracaso» ese encuentro. «Vinieron con las manos vacías y en los bolsos», dijo en referencia al alcalde y a Saravia. También criticó que el equipo de Gobierno no haya conseguido una rebaja en el precio de los billetes, aunque valoró la puesta en marcha de dos nuevos Alvia entre Valladolid y Madrid.