Los grupos bancarios españoles obtuvieron un resultado atribuido de 10.389 millones de euros durante 2015, lo que supuso un aumento del 5,6% respecto al ejercicio precedente. El sector suma así tres ejercicios consecutivos con superávit, tras las pérdidas registradas en 2012, según los datos presentados ayer por el presidente de la Asociación Española de Banca (AEB), José María Roldán.
El economista explicó que las cuentas de los bancos asociados a la AEB se caracterizaron por el mantenimiento de los márgenes más recurrentes de este negocio.
En este sentido, el balance mantuvo la tendencia positiva iniciada en 2014 y alcanzó el 2,22% sobre activos totales medios, un 11% más anual en su importe, pese al contexto de los bajos tipos.
Los resultados extraordinarios y atípicos fueron negativos en su conjunto durante el pasado año, a diferencia de los beneficios anotados en el ejercicio anterior.
Además, la tasa de morosidad bajó un punto, hasta el 6,2%, y por tanto los bancos necesitaron de menos provisiones y saneamientos. Las nuevas operaciones de crédito en España siguieron al alza y crecieron un 25% a hogares y un 15% en las pymes.
En este contexto, el margen bruto se situó en 82.679 millones de euros gracias al ligero aumento de los ingresos netos por comisiones y a los menores resultados por operaciones financieras.
Por su parte, los gastos de explotación se mantuvieron en niveles semejantes a los de 2014, lo que permitió al sector sostener el ratio de eficiencia en el 49%. También se redujeron las provisiones y los saneamientos de las entidades, que alcanzaron un importe agregado de 22.000 millones en 2015, con un descenso de 13 puntos básicos sobre activos totales medios.
De este modo, el agregado de los balances consolidados de los grupos bancarios españoles a 31 de diciembre de 2015 se elevó a 2,6 billones de euros, un 9,2% más que el ejercicio anterior, debido a la incorporación de nuevas entidades en el perímetro de consolidación como fruto de las adquisiciones.
HIPOTECAS. El presidente de la Asociación Española de Banca defendió que un contrato crediticio, como una hipoteca, se caracteriza por prestar dinero a cambio de una cantidad adicional y consideró que «probablemente» el límite pasa por que el endeudado no tenga que pagar nada ante la caída del euríbor a terreno negativo.
«El límite es que no tengas que pagar nada y el préstamo te salga gratis», sentenció Roldán ante la posibilidad de que las entidades tengan que reducir a los hipotecados el capital pendiente de devolver, lo que, en la práctica, se traduciría en que la banca tuviera que pagar por conceder hipotecas.