El consejero de Economía, Tomás Villanueva, considera que «decir no al fracking sería una actitud irresponsable y un error», por lo que estima que desde Castilla y León se estudiarán las alternativas del gas pizarra para saber la dimensión que tiene esta técnica en un país «muy deficitario desde el punto de vista energético».
Villanueva participó ayer en la clausura de la Jornada ‘Hidrocarburos no convencionales: explorar para conocer, conocer para decidir. ¿Una oportunidad?’, celebrada en Burgos y en la que compartió mesa con expertos en hidrocarburos y en proyectos relacionados con las técnicas de fractura hidráulica o fracking analizaron las consecuencias que esta técnicas pueden tener en la salud y en el medio ambiente. El consejero estuvo acompañado en la clausura por el secretario regional de UGT, Agustín Prieto.
En relación a esa fase de estudio, el consejero explicó que la misma cuenta con una duración de unos cinco años, por lo que la decisión no se tomaría hasta contar con los informes pertinentes. «Tenemos que tratar seriamente estos temas», aseveró el consejero, quien consideró que la postura que mantienen algunos ayuntamientos que se han declarado libres de fracking es comprensible, al tiempo que hizo un llamamiento al diálogo y a la colaboración para que conozcan qué es la fractura hidráulica.
«Pido a las autoridades un gesto de responsabilidad y sé que no es fácil», apostilló Villanueva, al tiempo que declaró que es bueno posiciones «de rigor» como UGT, al plantear un debate para que la sociedad conozca qué es el fracking.
Con todo, Villanueva calificó de «error» el hecho de que no se estudie una tecnología como la fractura hidráulica, al tiempo que declaró que la regulación que existe en el marco europeo es «garantista». «Abrir a la sociedad una jornada informativa es acertado», añadió el consejero de Economía, quien recordó que todas las fuentes de energía fueron controvertidas en sus orígenes, como sucedió cuando se instalaron los primeros molinos eólicos en Castilla y León.
El secretario general de la Federación de Industria y Trabajadores Agrarios de UGT en Castilla y León, Manuel López, por su parte, abogó por poner en marcha una legislación que regule las técnicas de fracking en la Comunidad, al tiempo que se desarrollen informes para conocer las consecuencias que podrían tener este tipo de técnicas en las personas y en la naturaleza.
López recordó que «España tiene una altísima dependencia energética en los derivados de hidrocarburos», por lo que estima que «es necesario conocer más sobre este tipo de técnicas para decidir».
Disparidad de criterios. Por su parte, el portavoz de Shale Gas España, Juan Carlos Muñoz-Conde, afirmó que uno de los objetivos de esta compañía es informar a la ciudadanía y transmitir «la realidad de unos proyectos de gas pizarra que no se conocen en España». En este sentido, declaró que «es el desconocimiento de la técnica el que genera ciertos miedos», por lo que estima que se tienen que conocer «a fondo».
Más crítica fue la posición que representó Julio Barea, responsable de Energía de Greenpeace España, quien explicó que no quieren «el fracking ni en Burgos ni en ningún lugar del mundo». La principal causa de este rechazo es el convencimiento de «unos impactos negativos en el medio ambiente de una técnica que nos hace falta para el cambio climático y que daña el medio ambiente».
El catedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad de Oviedo, Radhamés Hernández, dijo que se puede pensar que esta técnica puede tener efectos nocivos sobre la salud y en concreto en el agua. En este sentido, dijo que el 90 por ciento del agua que se consume es superficial, por lo que es «poco probable» que pueda darse una contaminación del agua subterránea.