«El aumento de la violencia en la familia es preocupante»

J.L.R. (ICAL) / VALLADOLID
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Avelino Fierro Gómez lleva más de 30 años trabajando como fiscal. En la actualidad se ocupa de la coordinación de las fiscalías de menores de la Comunidad.

Avelino Fierro Gómez. - Foto: Carlos S. Campillo / ICAL

 
«Me gusta decir que soy fiscal de menores a mayores, porque no me dedico en exclusiva a la jurisdicción de menores, aunque sí estoy en ella desde la antigua Ley del año 92 y con mucha más dedicación desde la actual norma de 2006», asegura Avelino Fierro Gómez, fiscal de menores de la Comunidad. Durante once años, Fierro impartió Filosofía del Derecho en la Universidad de León, de la que es colaborador honorífico del Departamento de Derecho Público Básico. Además, también es profesor de la Escuela de Práctica Jurídica del Colegio de Abogados de León desde 2007.
 
Según los datos que maneja, ¿cuáles son los delitos más comunes en la Comunidad? 
Los delitos contra el patrimonio son siempre los más numerosos (robos violentos, robos con fuerza, hurtos, daños). En algunas memorias de las fiscalías de otras comunidades se dice que se han incrementado los robos y hurtos de objetos de oro, pero en Castilla y León se puede destacar que hemos tenido varios expedientes de hurto de cable de cobre del alumbrado público. Después vendrían los delitos y faltas de lesiones. 
 
¿Son numerosos los casos de agresiones de menores a sus padres? ¿Cómo afecta este delito a la Comunidad? ¿Ha habido un incremento?
Sí, desde 2005 el incremento en todo el Estado de la violencia intrafamiliar preocupa a fiscales, padres, terapeutas y entidades públicas. Son importantes la educación y la prevención para atajar el problema. Y amparar a los padres en el ejercicio responsable del derecho de corrección. Esto es elemental, y no es admisible la opinión de algunos que piensan que no podemos corregir razonable y moderadamente a nuestros hijos. Así se decía en el antiguo artículo 154.2 del Código Civil. El legislador se equivocó al suprimirlo. Estos últimos días hemos tenido que sacar a varios adolescentes, por cierto, más chicas que chicos, de sus familias, pidiendo que se adopte con ellos la medida de convivencia con grupo educativo, que es la que mejor resultados da. En nuestra Comunidad contamos con bastantes plazas, esto quiero resaltarlo porque en otras Comunidades no se puede adoptar tal medida al no contar con este recurso o ser pocos los pisos residenciales.
 
¿Comparte usted la opinión de algunos sociólogos que asegura que estamos ante un problema cultural de una sociedad en la que se entroniza el éxito y se destierra el sufrimiento? ¿Es esta la raíz del problema?
Totalmente. ¿Cómo vamos a generar individuos sanos, con esos ejemplos de la sociedad de mayores, que sepan asumir las limitaciones, el fracaso, como algo inherente al ser humano? Por eso muchos de nuestros jóvenes delincuentes acusan un bajo umbral de tolerancia a la frustración. Les estamos transmitiendo a diario la idea de que poco valen el trabajo y el esfuerzo, que es más rentable y vende más la procacidad y el mal gusto, las ocurrencias, el codazo y el ‘pelotazo’, el enchufismo y hasta un comportamiento delictivo. La irresponsabilidad, la avaricia y la corrupción tan extendidas en la sociedad de los mayores son ejemplos demoledores.
¿Qué papel están desempeñando hoy en día internet y las redes sociales? 
Me definiría como ciberescéptico, y el mal uso que se hace con tanta frecuencia de esas herramientas creo que me da la razón. Hemos sufrido la burbuja inmobiliaria y, desde luego, estamos viviendo la burbuja informática. No sé cómo, dónde o cuándo pinchará, ni quién la volverá a inflar, porque creo que es algo irremediable. Todo eso de la revolución de la red, de la ciberpolítica, de la democracia digital, de esa especie de ‘Gran Hermano’ con los últimos escándalos del espionaje de americanos y británicos sirviéndose de empresas del mundo de las tecnologías tendrá que ir ‘asentándose’, y espero que lo haga en beneficio de los ciudadanos. Un filósofo decía hace poco que el principal problema moral que plantea internet es la veracidad. Y para mí, en el mundo de los jóvenes y la educación, la sustitución de la pizarra por el ‘Power point’ o el ordenador no es garantía de ningún tipo de aprendizaje. Mayores y menores se han apuntado a lo instantáneo y banal, a ese puro presente rápido, intrascendente, efímero y sin memoria. La adicción a las redes por no servir, parece que ni siquiera sirve a los adolescentes para aprender a relacionarse o ser mejores personas. Sherry Turkle dice que los adolescentes se esconden tras una pantalla y no saben relacionarse. Psicológicamente es fundamental aprender a conversar, a negociar, a sentir empatía, a pedir perdón. No es lo mismo pelearte con un amigo y enviarle un SMS o un mensaje en Facebook y seguir con tus cosas que sentarte frente a él, sudar, sufrir y decir: ‘Lo siento’. A su vez, quien lo escucha también siente, y persona, o se enfada, o pero siente. Es doloroso y es complicado, pero es fundamental. Es la manera en que aprendemos a construir relaciones humanas. Y hace unos días, un periodista decía, muy acertadamente, que en internet no puede haber leyes distintas de las que rigen en la vida analógica, que internet no puede ser un paraíso moral (ni fiscal) a salvo del Estado de Derecho. Y que le parecía grave la idea que ha cuajado en los adolescentes de que la vida es como internet: allí está todo lo que quieren, sin peajes ni normas. Sin que nadie les haga probar la manzana del bien y del mal.
 
¿Qué implicaciones legales tiene un fenómeno como el acoso entre menores utilizando las nuevas tecnologías?
El legislador ha regulado en el Código Penal estas infracciones, entre ellas el ciberacoso, y los fiscales tenemos ya ciertos criterios para actuar. Las repercusiones legales son variadas, aunque las conductas más habituales entre menores las solemos calificar no como delito, sino como faltas de injurias o amenazas. También las hay, por supuesto, de más gravedad. Lo importante, como en casi todo lo relacionado con los jóvenes, es la educación y la prevención. Yo he colaborado en algunas guías destinadas a ello, como en la del Instituto Nacional de Tecnologías de la Comunicación (Inteco) contra el ciberacoso, disponible desde octubre del 2012. En su página web hay otras guías sobre estas materias con detalles técnicos, jurídicos y recomendaciones para padres, profesores y adolescentes.