Más de un centenar de trabajadores de Dulciora se ha concentrado este jueves a las puertas de la fábrica vallisoletana en contra de su cierre, previsto para 2017, un anuncio que oficialmente ha realizado ya el grupo propietario, Mondelez, en una reunión mantenida con el Comité de Empresa.
Los trabajadores, con pancartas en contra del cierre, silbatos y bocinas, en ocasiones animados por el cláxon de los vehículos que pasaban ante la fábrica, han reivindicado la continuidad de la factoría con gritos como "no al cierre" o "es nuestro pan con el que jugáis", al tiempo que repartían algunos de los productos que se fabrican en Valladolid.
La portavoz del Comité de Empresa, Belén Bueno, ha explicado que en una reunión "informal" la empresa ya les ha trasladado oficialmente su intención de cerrar la fábrica de Valladolid después de haber vendido las marcas y fábricas francesas a un "fondo buitre" y haber decidido trasladar la producción más importante que se lleva a cabo en Valladolid a Polonia.
Ante esta situación, los trabajadores se concentrarán ante la factoría todos los jueves del mes de mayo, aunque Bueno ha reconocido que les espera un proceso "muy largo" hasta 2017 por lo que es "complejo" mantener las movilizaciones.
Ahora, el siguiente paso será una reunión la próxima semana con la Fundación Anclaje y esperan que elabore un contrainforme, al igual que ha ocurrido con Lauki, en el que se ponga de manifiesto la viabilidad de la empresa si se mantiene la producción y enfrentar esta documentación con el informe que Mondelez ha presentado de una consultora externa en la que explica las razones del cierre. Posteriormente, el Comité espera reunirse de nuevo con la empresa en unas dos semanas.
Bueno ha advertido de que no dejarán de "tocar" todas las posibilidades y ha asegurado que "si hay interés" la fábrica es rentable, ya que actualmente trabajan en ella 232 personas 40 horas, algunos 48, y prácticamente todos los días del año.
Además, la portavoz del Comité de Empresa ha aclarado que se habla de un cierre de la fábrica, pero por el momento no de su venta, como ha ocurrido con las de Francia, algo similar a lo que ocurre con la factoría de Lauki en Valladolid, perteneciente al Grupo Lactalis.