La pobreza de los ancianos crece por ayudar a la familia

EUROPA PRESS
-

Cruz Roja alerta de que la mayoría de los mayores que atiende, a pesar de vivir con muchas carencias, al cobrar menos de 612 euros al mes, auxilia económicamente a sus hijos y nietos

La pobreza de los ancianos crece por ayudar a la familia - Foto: Luis López Araico

Más de la mitad de las personas mayores que atiende Cruz Roja Española en programas sociales, en concreto el 51 por ciento, viven por debajo del umbral de la pobreza (612 euros al mes), sin embargo y a pesar de esa dificultad económica, un tercio de los mismos ha tenido que ayudar a algún familiar en el último año, lo que les sitúa en una situación de mayor privación. Además, un cuatro por ciento ha perdido las ayudas que recibía y un 9,7 por ciento tiene problemas para afrontar el copago de los medicamentos.

Estas son algunas de las conclusiones del boletín sobre vulnerabilidad social que presentó ayer la institución humanitaria y en el que se describe, a partir de 1.112 encuestas cualificadas, el perfil de sus beneficiarios mayores de 65 años, 364.199 personas, el cuatro por ciento de la población española en este tramo de edad. La cuarta parte de los jubilados atendidos vive en hogares donde todos sus miembros están en paro.

Para el coordinador de esta organización, Antoni Bruel, los datos reflejan que «cuanto más pobres, más ayudan» porque si un 4,7 por ciento del total ha tenido que acoger familiares en casa en el último año, el porcentaje es del seis por ciento entre quienes se encuentran en una situación de pobreza extrema (el 17,2 por ciento de los atendidos ingresa menos de 408,59 euros al mes). En el 61,3 por ciento de los casos fueron ayudas económicas y en el 18,7, alimentarias.

Los beneficiarios de estas ayudas han sido, principalmente, los hijos de la persona mayor (59,8 por ciento), aunque también los nietos (12,8) y otros familiares (9,8). En total, el 15,4 por ciento de estos ancianos tiene a cargo a personas dependientes y un dos por ciento a niños menores de 16 años. «Sabemos que están creciendo estos supuestos y si atiendo a mis familiares, tengo menos dinero para  mis necesidades», destacó Bruel.

Esta situación de privación, que es severa entre casi ocho de cada 10 mujeres atendidas, repercute en que un tercio de los mayores no pueda encender la calefacción, o que casi el 70 por ciento no pueda salir de vacaciones una semana de casa ni aunque sea con viajes sociales del Imserso.

El coordinador advirtió de que la situación «no es broma»: el 38,3 por ciento de los mayores atendidos ha tenido problemas relacionados con la atención de su salud, en su mayoría económicos. El 17,7 ha encontrado problemas para sufragar las medicinas no cubiertas por la Seguridad Social y el 9,7 por ciento, para afrontar el copago de los medicamentos que necesitaba. «El impacto de este coste para una pensión de 300 euros es mucho dinero», señaló.