La construcción afronta una nueva travesía en el desierto, mientras el resto de sectores económicos vislumbran el oasis de la recuperación. El espejismo macroeconómico no le impedirá continuar durante 2014 y 2015 con el proceso de ajuste, que inició hace seis años después de un lustro de vacas gordas, lo que podría suponer la destrucción de unos 10.000 o 15.000 empleos más en Castilla y León y la desaparición de un gran número de empresas que se han mantenido en pie tras el vendaval de la crisis.
El sector considera que no ha tocado fondo y se conforma con mantenerse en plano. Calcula que su recuperación llegará con un retraso de dos años respecto al resto de actividades económicas, debido al ‘stock’ de vivienda nueva sin vender, la ausencia de crédito y la paralización de las inversiones públicas en infraestructuras. Por ello, reclama un ‘rescate’, similar al de la banca o la automoción, para mantener su tejido productivo, que la crisis ha diezmado, puesto que ya sólo conserva el 50 por ciento de las empresas que había en 2008.
En ese sentido, el presidente de la Confederación Castellano Leonesa de la Construcción (CCLC), Emiliano Alonso, sostuvo que el sector termina el año en una situación «angustiosa» ya que en su opinión se encuentra preso de un «círculo asfixiante y de difícil salida», motivado por la presión fiscal, la falta de financiación y una morosidad «desmedida», a pesar del plan de pago a proveedores puesto en marcha por el Gobierno y la reforma bancaria. Todo ello -dijo- está arrastrando también al cierre al 35 por ciento de las pymes y autónomos.
El presidente de la patronal de la construcción remarcó que han sobrevivido el 50 por ciento de las empresas, aunque para ello han tenido que reducir a la mitad sus plantillas, lo que junto a los cierres significa que se han perdido el 75 por ciento de los puestos de trabajo. Sin embargo, la situación podría empeorar aún más para el presidente de la Cámara de Contratistas de Castilla y León, Enrique Pascual, quien calculó que el empleo caerá hasta los 50.000 ocupados en la Comunidad, frente a los 137.000, que había en 2005. «Ya no tenemos capacidad de resistencia, necesitamos carga de trabajo», apostilló.
En este análisis coincide el director del Instituto de la Construcción de Castilla y León, José María Enseñat, quien alertó de la situación «dramática» de la industria de la construcción ya que aseguró que no se atisban signos de recuperación, a pesar de haber caído a cotas de actividad «impensables». Aseguró que están al diez por ciento, tras un ajuste del 90 por ciento en cinco años que todavía no se ha detenido por lo que augura que hasta 2015 a evolución será similar a la de los últimos dos años, marcados por la recesión económica.
Asimismo, el representante de los contratistas de obra pública advirtió de que los 67.800 empleos actuales no son «sanos» ya que muchos están afectados por expedientes de regulación de empleo y reducciones salariales. «Nos han dado de lado», denunció el presidente de los contratistas, quien insistió en que la construcción es la «gran olvidada», a pesar de que en su opinión España no podrá reducir sus tasas de desempleo hasta que el sector no se recupere, algo que en su opinión no se producirá hasta 2015, el «año electoral».