La nueva tasa de la basura bien podría llamarse también del paseo. Y es que los vallisoletanos que no se encuentren en sus domicilios cuando los mensajeros de la empresa subcontratada para su reparto pasen para notificársela deberán desplazarse hasta la calle Santa Rita en Las Delicias para recoger el recibo. Aunque también, bien se puede llamar del paseo porque más de un vecino, los datos oficiales dicen que un cinco por ciento, ha enviado educadamente a ‘dar un paseo’ al repartidor que pretendía entregársela.
Sea como sea, el último gran tributo municipal que los ciudadanos deberán pagar este año, después de abonar el IBI y el Impuesto de vehículos, trae de cabeza a más de un ciudadano. El Ayuntamiento contrató por 350.000 euros a la empresa ICS para repartir hasta el 15 de julio más de 165.000 recibos. Esta empresa madrileña ha subcontratado, a su vez, a la empresa Castillpost, que tiene sus oficinas en la calle Santa Rita, curiosamente la patrona de los funcionarios. Hasta sus oficinas estos días se acercan en peregrinación muchos vecinos a por sus recibos. Y una advertencia para los que todavía no han ido, se aconseja ir a pie porque las oficinas están en una zona donde es casi imposible aparcar. Aunque, todavía deberán darse otro ‘paseo’, ya que una vez que el vecino tiene el recibo en su mano deben abonarlo en el servicio de atención al contribuyente del Ayuntamiento en la plaza de Santa Ana o en su entidad bancaria.
Desinformación.
Las dos primeras semanas de reparto de las liquidaciones de la tasa reguladora del servicio de recogida de residuos están plagadas de informaciones contradictorias. Muchos vecinos a estas alturas no saben si deben esperar a que se la notifiquen o pueden pasar a recogerla por las oficinas municipales de Santa Ana, como indicó en un primer momento el concejal de Hacienda, y donde muchos se han acercado inútilmente. Otros dudan del aviso de recogida, donde no figura el logo del Ayuntamiento, e incluso se platean denunciar al Ayuntamiento ante la Agencia de Protección de Datos por la cesión de información a dos empresas para comunicar a los ciudadanos el importe de la tasa de basuras. Otros desconocían los beneficios o exenciones que hay previstos en el nuevo tributo, mientras otros no estaban informados de que rechazarla liquidación puede conllevar después un recargo del 20 por ciento.