La celebración del Vía Crucis con motivo del Año de la Fe congregó a varios centenares de personas, a pesar del frío gélido, y a 19 cofradías de las más representativas de la Semana Santa de Valladolid, en un acto religioso que estuvo presidido por el arzobispo Ricardo Blázquez, quien aprovechó para rendir un homenaje público a Benedicto XVI, que el 28 de febrero abandonará la sede de San Pedro para dar paso al cónclave que elegirá a otro Papa.
Durante el Via Crucis, que se inició con más de media hora de retraso, se portó la imagen del Cristo de la Fe (Leocricio Rodríguez, 1949), en una ceremonia organizada por la Junta de Cofradías de Semana Santa y el Arzobispado. El acto estuvo representado por tallas de escultores tan afamados como Gregorio Fernández y Miguel Ángel Tapia.
Entre las esculturas que protagonizaron el acto se encuentran el Cristo de los Carboneros (Francisco del Rincón, siglo XVII), portado a hombros junto con los dos ladrones -Dimas y Gestas- de las Siete Palabras (copia de los de Gregorio Fernández de 1617), el Ecce-Homo (Gregorio Fernández, hacia 1620), alumbrado en andas por las cofradías de los Artilleros y la Vera Cruz y el Cristo Yacente de Santa Ana (Gregorio Fernández, 1636), que lo portarán el Santo Entierro y el Santo Sepulcro.
Por lo que respecta al resto de pasos serán procesionados a hombros: la Sagrada Cena, El Prendimiento, Cristo de la Humildad, Nuestro Padre Jesús Flagelado, Nuestro Padre Jesús Nazareno, Cristo de la Exaltación, El Monte Calvario, Cristo de la Preciosa Sangre, La Quinta Angustia, La Santa Cruz y Jesús Resucitado. Todos cubrirán cada una de las XIV estaciones del Vía Crucis, que estará guiado por el Cristo de Leocricio, conocido popularmente como el Cristo de la Fe.
Durante la jornada del domingo, el arzobispo Ricardo Blázquez ofrecerá una homilía en la Catedral Metropolitana de Valladolid, a las 18 horas, para “dar gracias a Dios por el ministerio tan intenso y fecundo de Benedicto XVI”.