El jurado popular en el juicio celebrado contra Eva María L.F, la mujer que en febrero de 2012 mató en Valladolid capital a su pareja sentimental, Jesús María C.F, al clavarle un cuchillo de cocina en el abdomen, considera que la acusada no pretendió arrebatarle la vida.
Los integrantes del jurado, en su veredicto, leído por el portavoz en la Audiencia de Valladolid, estiman probado que la procesada es autora de la muerte de Jesús María C.F. al "asestarle" una cuchillada pero, y aunque pueda parecer contradictorio, entienden que no perseguía ese trágico final--no hubo dolo directo ni eventual--, de ahí que los hechos han quedado reducidos a un mero homicidio por imprudencia.
Pero además, para los seis varones y tres mujeres que componían el jurado no concurre la agravante de parentesco, ya que la relación de verdugo y víctima se hallaba ya "muy deteriorada" y su convivencia era tan sólo "esporádica", y en cambio sí aplican en su favor la atenuante derivada de la ligera alteración de las facultades mentales que sufría la homicida como consecuencia de la ingesta de opiáceos y tranquilizantes.
Escuchado el pronunciamiento, el Ministerio Fiscal, que inicialmente solicitaba trece años de cárcel por homicidio doloso, se ha visto obligado a rebajar la petición a cuatro años, con la misma responsabilidad civil cifrada en 200.000 euros en favor del hijo de la víctima, de 11 años y nacido de una relación anterior, mientras que la defensa ha interesado para su patrocinada una condena mínima de seis años de privación y una indemnización de 100.000 euros, según informaron a Europa Press fuentes jurídicas.
Será ahora el magistrado José Luis Ruiz Romero, presidente del tribunal sentenciador y de la Sección Cuarta de lo Penal de la Audiencia de Valladolid, el encargado de imponer la pena conforme al veredicto emitido por los integrantes del jurado popular.
Así, y dado que lleva casi dos años entre rejas, Eva María recuperará en un breve plazo de tiempo la libertad ya que la condena más que probable que la espera oscilará entre los tres años y medio y los dos años de cárcel.
La acusada, durante el juicio, alegó no recordar nada de lo ocurrido el día de autos ya que había ingerido un cartón de vino y numerosos tranquilizantes y aseguró que en ningún momento quiso acabar con la vida de su pareja, con la que pretendía cortar ese fin de semana, sino que tan sólo deseaba que saliera de su vida, tras una relación tormentosa y su negativa a denunciarle por maltrato, algo que le habría llevado a la cárcel por cuanto sobre él pendía una condena anterior que se hallaba suspendida.
Los hechos se produjeron el día 19 de febrero del pasado año en el piso de la pareja, un 4º situado en el número 8 de la Avenida de Segovia. Procesada y víctima se habían conocido dos décadas antes por haber seguido un programa de deshabituación a las drogas en Proyecto Hombre y tras coincidir en 2009 en un nuevo tratamiento en el Hospital Virgen de la Concha de Zamora iniciaron una relación sentimental que se prolongaba ya tres años hasta que se produjo la refriega mortal.
Durante su relación, las discusiones de pareja fueron una constante y se caracterizaron por la agresividad verbal de las dos partes, situación que venía alimentada por la toxicomanía de él y de ella, pese a los reiterados tratamientos de deshabituación que habían seguido a lo largo de su vida y sus recaídas, como la que atravesaban en la época de los hechos y que les mantenía sometidos al consumo de alcohol y otras sustancias estupefacientes.
En este contexto, en la tarde del 18 de febrero del pasado año la pareja se enzarzó en una agria discusión llena de reproches e insultos. Jesús tildó a Eva de borracha y drogadicta y ésta replicó con insultos similares y le acusó de haberle robado unas pastillas, hasta el punto de que esta última llegó a exigir al fallecido que se fuera de casa, requerimiento que Jesús prometió cumplir al día siguiente.
A tal efecto, la víctima comenzó a hacer la maleta y, entre otros enseres, introdujo en ella un juego de cuchillos de cocina que le había regalado su padre. DOS VISITAS DE LA POLICÍA NACIONAL
Las discusiones volverían a reproducirse con más fuerza al día siguiente, sobre todo por la tarde, lo que llevó en varias ocasiones a la Policía Nacional a personarse en el edificio, primero a requerimiento de la propia acusada y luego de una persona anónima, aunque en ambos casos la presunta homicida aseguró a los agentes actuantes que no pasaba nada.
Fue sobre las 17.00 horas cuando la pareja, que se hallaba en la cocina, comenzó una nueva discusión y en el curso de ella Eva, que tenía en la mano un cuchillo de cocina con una hoja de 13 centímetros de largo y 1,5 de ancho, asestó una cuchillada a Jesús en la zona abdominal.
El arma formaba parte del juego de cuchillos propiedad del agredido que éste había guardado en la maleta y del que su pareja se había apoderado antes de la última discusión.
La cuchillada se introdujo unos cinco centímetros y medio en el ombligo de la víctima y seccionó la vena cava inferior que produjo una grave hemorragia intraperitoneal aguda, pese a lo cual el herido logró salir del piso tambaleándose y dejando tras de sí un gran reguero de sangre en su huida hasta la calle, donde quedó sentado agonizante en la acera y con la espalda apoyada en la pared, a escasos metros del portal.
Su rápida evacuación en ambulancia al Hospital Clínico Universitario no fue suficiente, puesto que moriría sobre las 17.45 horas de ese día en dicho centro sanitario a causa de la grave lesión sufrida.