Las cuentas de Cáritas Diocesana siguen dando números positivos enValladolid aún con un crecimiento de la demanda de ayudas económicas directas u otros servicios y eso que se registró un descenso de los donativos. El director de la organización, Jesús García Gallo, reveló ayer que el año pasado se emplearon más recursos para atender las necesidades básicas de 9.477 ciudadanos, lo que significan un crecimiento de prácticamente el 17 por ciento con respecto al año 2013, cuando se contabilizaron 7.808 personas (1.669 más). Sin embargo, el dinero empleado para -principalmente- atender los recibos de alquiler de pisos o habitaciones, así como las facturas de luz y gas descendió en 2014 algo más del 12 por ciento en comparación a 2013, es decir, que el año pasado Cáritas dedicó en el apartado de acción de base y familia un total de 710.343 euros frente a los 812.341 euros del ejercicio anterior.
Estos números están dentro de la memoria económica de Cáritas Diocesana Valladolid de 2014 que presentó ayer García Gallo y que, según manifestó, mantienen que «las consecuencias de la brutal crisis económica siguen estando presente entre nosotros y esto a pesar de que el crecimiento económico en España, en un 3 por ciento según los últimos indicadores, invita a pensar en una salida de la recesión». Y, en esta línea, desde la organización no gubernamental vuelven a alertar por tercer año consecutivo del mismo mensaje: La situación en que viven los 32.000 vallisoletanos con pobreza severa «sigue deteriorándose», hasta el punto de que remarcó que hay muchos ciudadanos con una o dos nóminas incluso a final de mes, que viven en la actualidad en una situación que denomina «precariado», que es la consecuencia de tener pendiente de pago numerosos recibos pero, en especial, el de una alta hipoteca firmada en tiempo de bonanza.
Casos prolongados. «Las situaciones de debilidad de muchas familias se están prolongando demasiado tiempo», remarcó ayer el director de Cáritas, «pese que Valladolid tiene una tasa de paro menor a la regional y mucho menor que la nacional». Otra consecuencia en este sentido es que muchos de estos casos están tan asentados, como señaló ayer, «que existen colectivos que siempre van a estar mal aunque tengan más protección social».
Otro dato significativo de los presentados es el descenso de los donativos que de un año a otro, de 2013 a 2014, han pasado de consignarse 793.186 a 565.705 euros, respectivamente. Aún con todo, «es una cifra alta», por lo que la organización agradece y reconoce que ha recibido un respaldo «muy importante» de la sociedad vallisoletana y también de las administraciones que, durante 2014, mantuvieron una inyección del 30 por ciento del presupuesto total de Cáritas (869.330 euros). Así las cosas, recordó García Gallo, el momento más crítico a la pobreza en Valladolid se vivió en octubre de 2012 mientras que a partir de octubre de 2014 se va normalizando.
Junto a este aumento de los procesos de empobrecimiento de la sociedad vallisoletana, la organización advierte de otro dato «catastrófico»: la soledad de las personas mayores, alertando en este sentido el acuciante problema de nuestras sociedades en relación a la interrelación de las personas, en especial las residentes en la provincia de Valladolid.