El proyecto del soterramiento en Valladolid se enfrenta ahora mismo al mismo problema que a diario se plantea en muchas familias que, por las complicaciones económicas derivadas de la crisis, no pueden pagar su hipoteca. La diferencia en este caso son las cifras astronómicas que están en la mesa de negociación, que están lastrando o pueden dar al traste con este proyecto de ciudad, que acumula retraso tras retraso.
Acuciados por los plazos, el Ministerio de Fomento, la Junta y el Ayuntamiento se reunieron ayer, en Madrid, con las entidades bancarias con las que tienen suscrito el crédito para financiar este proyecto. Las tres administraciones, que integran la Sociedad Valladolid Alta Velocidad (SVAV) encargada de gestionar la operación, agotan alternativas para resolver como refinanciar esta deuda de 400 millones y, sobre todo, como pagar los 125 millones que se deben abonar antes de que finalice este año.
El problema financiero «es muy serio», reconocía ayer el concejal de Hacienda del Ayuntamiento, Antonio Gato. Ahora mismo la SVAV no tiene liquidez para cumplir su compromiso, es decir para pagar sus ‘letras’, porque gran parte de este dinero se ha empleado en la construcción de los nuevos talleres de Renfe y el túnel del Pinar de Antequera. Además, tampoco se ha podido vender ninguno de los terrenos que quedarían liberados por el soterramiento, y las últimas tasaciones que se han conocido han rebajado su valor de ese suelo hasta los 400 millones. Una cantidad que pone en cuestión la viabilidad económica de la operación porque sólo podría cubrir la deuda ya contraída. Ante este panorama, las tres administraciones han pedido a las seis entidades financieras aplazar hasta finales de 2016 el pago del primer plazo del crédito.
Por su parte, el Banco Santander, BBVA, La Caixa, Bankia, Caja España-Duero y el ICO han solicitado que se concrete esta petición por escrito y con una explicación clara de cómo se hará frente al pago de esta deuda. Y se han citado para dentro de dos semanas para volver a estudiar las posibilidades de refinanciación.
En caso de que no se acepte esta propuesta, Gato asegura que «la deuda está avalada con los propios terrenos». Pero esta opción sería nefasta para la operación ya que la dejaría sin su base de financiación. Una idea que reiteró el consejero de Fomento, Juan Carlos Suárez-Quiñones, que recordó que las sociedades como la que gestiona el soterramiento en Valladolid estaban basadas en las plusvalías de la venta de terrenos que quedaban libres con la operación, algo que hoy en día «ni en León, ni en Valladolid, ni en ningún sitio se pueden abordar con esas cantidades astronómicas», ya que «no hay esa financiación derivada de las plusvalías».
Este «baño de realidad, como lo calificó el propio consejero, obliga a que Fomento, Junta y Ayuntamiento rediseñen el proyecto existente para soterrar las vías del tren en la capital. Por eso se han citado para el próximo día 9 de octubre. En esa reunión se estudiará «la viabilidad técnica del proyecto» y se apuntará que aspectos «se pueden redimensionar», según asegura el concejal de Urbanismo, Manuel Saravia.
Un replanteamiento del proyecto que también quieren conocer los bancos para decidir su implicación en él. Este rediseño también deberá ir acompañado de medidas como la puesta a la venta de las primeras parcelas de los suelos liberados para «testear» su valor actual en el mercado y el interés de los promotores inmobiliarios.
En esta situación de vía muerta, el Ayuntamiento reclamó al Ministerio de Fomento y a la Junta un compromiso firme para continuar adelante con el proyecto del soterramiento. Un proyecto que ahora mismo genera más dudas que certidumbres, pero al que nadie se atreve a renunciar.