Larsson, el goleador silencioso

Manuel Belver
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El sueco anotó su tercer tanto con la camiseta blanquivioleta en Málaga. Siempre que marca, el Real Valladolid puntúa. Lleva jugando toda la temporada fuera de su sitio

Larsson.

Daniel Larsson es un tipo tranquilo. Rara vez pierde los nervios dentro del terreno de juego. A veces puede desesperar porque no hace aspavientos o no protesta al árbitro. El sábado, por ejemplo, se encontró con un balón suelto en el pico del área y sin pensárselo batió a Willy Caballero. En su intento de celebración, tras asegurarse que no estaba en fuera de juego, se topó con Manucho y ahí se paró.

El sueco hizo su tercer tanto con la camiseta del Real Valladolid, tercero esta temporada. Ya es el segundo máximo goleador (empatado con Osorio) tras Javi Guerra y eso que lleva casi toda la Liga fuera de su posición natural, la de mediapunta. Ahora es extremo derecho y cada vez se le ve mejor. Zorrilla le quiere. La afición sabe que, aunque no trasmite tanto como otros (llámense Ebert o de otra forma), es un futbolista honesto. Se vacía dentro del campo (de hecho de sus 13 encuentros como titular ha sido sustituido en 12).

El sábado volvió a marcar y su equipo a puntuar. Se estrenó ante el Rayo y el Real Valladolid ganó. Repitió ante la Real Sociedad y si el cuadro de Juan Ignacio Martínez no venció fue por Claudio Bravo y ese penalti parado a Ebert. En La Rosaleda, gol y otro punto para Valladolid. Sus goles no tienen tanto bombo como los de Javi Guerra pero están sirviendo.

También su juego, que desatasca con su velocidad, caídas y búsqueda de rupturas. No es goleador pero ya lleva tres dianas. No es extremo, pero vuelve locos a los laterales. Larsson se está convirtiendo en imprescindible para Juan Ignacio Martínez. Y nadie pone en duda su titularidad.

Él siempre dice lo mismo. Y en eso sí es futbolista: «Yo quiero jugar».

Aclimatado.Larsson fue uno de los refuerzos de invierno de la pasada temporada. Llegó antes a Valladolid, para entrenarse con su nuevo equipo y aclimatarse cuanto antes a la ciudad y a las costumbres nacionales. Para ello, desde el primer día se apuntó a clases de español y es uno de los pocos futbolistas extranjeros que se atreve a explicarse en nuestro idioma casi desde su llegada. A pesar de su procedencia, asegura que en Valladolid hace mucho más frío que en Malmo o Gotemburgo, de donde es natural.