El Cuatro Rayas Valladolid aún está en pañales. Todavía no puede medirse a conjuntos como el Naturhouse, llamados a ser la alternativa al Barcelona y al Atlético de Madrid. De hecho, quizá esta temporada encuentros como el de ayer no sean de su Liga. El conjunto que entrena el vallisoletano Jesús Javier González tiene una primera línea terrorífica y una defensa experta y corpulenta. El de Juan Carlos Pastor está por hacer. Cuenta con diamantes por pulir, con jóvenes con enorme progresión que se han encontrado con el salto a la Asobal sin ni siquiera experiencia en Plata. Así se explica el marcador del Municipal de Logroño. E incluso la imagen dada por unos y otros.

 

Los vallisoletanos ocupan la última plaza cuando solo se han jugado dos jornadas. Han contado con bajas: Perales (toda la temporada), Krivokapic (su caso preocupa), Ávila, Peciña... Hombres y nombres llamados a ser los que tienen que tirar del carro. De momento, esa labor la tienen chavales como Bozovic, César Pérez o Gonzalo Porras. Dos jornadas, dos derrotas.

 

Preocupa, sí. Ante Naturhouse se vio que hay mucho trabajo por hacer. En defensa aún faltan ajustes. En ataque, frescura y acierto. 22 lanzamientos errados son demasiados. 20 pérdidas, una rémora. Pero lo de ayer no es real. No es la Liga de un conjunto que sí erró en la primera jornada ante el Villa de Aranda.

 

El Cuatro Rayas y Juan Carlos Pastor tienen trabajo por delante. El margen de mejora es muy amplio.