Cáritas alerta de un deterioro de la situación en que viven los 32.000 vallisoletanos con pobreza severa

Luis Amo
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El organismo diocesano duplica en siete años la ayuda para atender las necesidades básicas de los vallisoletanos hasta sumar 800.000 euros · Esas personas viven con menos de 307 euros al mes

El director de Cáritas Diocesana de Valladolid, Jesús García Gallo, con dos voluntarias del organismo. - Foto: Leticia Pérez (Ical)

Las cuentas de Cáritas continúan creciendo aunque la situación tiende estabilizarse. La entidad religiosa presentó ayer su balance del año pasado donde la cifra de vallisoletanos en situación de pobreza severa se mantiene, siendo aproximadamente 32.000 personas, si bien su situación se ha visto empeorada como consecuencia del agravamiento de la crisis en lo que supone seguir sumando años sin trabajo en las familias y, por tanto, con ingresos mensuales inferiores a 307 euros. El director del organismo diocesano, Jesús García Gallo, así lo explicó ayer a 'El Día de Valladolid', al tiempo que remarcó que la organización ha empleado durante el pasado ejercicio más recursos para atender las necesidades básicas de 7.808 ciudadanos, tantos como 800.000 euros, lo que significa el doble de la cantidad destinada a este mismo concepto de atención a las familias hace sólo siete años. En este sentido, el mismo responsable destaca un incremento paulatino de la cantidad destinada a la atención primaria en los últimos años, que en 2013 superó los 2,5 millones de euros.


Y es que, gracias a estas aportaciones, las miles de familias sobreviven para afrontar los gastos regulares (hipoteca o alquiler, además de recibos) como los de manutención. Son unas cifras, a su juicio, que muestran la «dura» realidad de la capital y provincia vallisoletana hasta el punto que desde Cáritas son conscientes de que «se necesita más». Sin embargo, el director indica que, en este año, tanto los indicadores como las opiniones de técnicos y voluntarios revelan una mejoría, a lo que destaca que 2013 fue la punta del iceberg, el peor año en cuanto a la tasa de pobreza y, por tanto, el ejercicio en el que se destinó una mayor cantidad de ayuda, «pero que en este primer semestre parece que las situaciones familiares van mejorando poco a poco».


En este sentido remarca que n datos del organismo diocesano que no incluye el dinero de las Cáritas Parroquiales o el reparto de la organización regional. Es más, García Gallo subrayó que «estas cuentas revelan el aumento de las necesidades hasta el punto de que el dinero destinado a necesidades básicas en 2013 fue casi todo el presupuesto de Cáritas Valladolid en 2002 (1,1 millones)». Unas consignaciones, en definitiva, donde el pago del alquiler o hipoteca de la vivienda absorbe la mayor cuantía del programa, además de los vales de comida por 50 euros.


Así, al poner rostro a estas situaciones «queda de manifiesto que los colectivos más golpeados son los parados de larga duración, jóvenes con trabajo en precario o desempleados, inmigrantes que retornan, jóvenes que emigran y personas que difícilmente volverán al mercado laboral».


Por otro lado, el director señaló que Cáritas registró en 2013 más ingresos que gastos, algo debido en parte al aumento de donativos por efecto de la crisis, de ingresos imprevistos, principalmente herencias, y a aportaciones personales que antes iban dirigidas a la ayuda internacional. Así, ese superávit, está sirviendo a la organización para hacer hucha en previsión de las necesidades futuras.


Así las cosas, los datos más positivos de la actual situación económica, según la Agencia Ical, son la solidaridad de los vallisoletanos ya que se mantiene el número de voluntarios (788) y, sobre todo, aumenta el montante de donaciones y herencias, que se ha multiplicado por 3,5 desde el inicio de la crisis.