La humanización que está afrontando el Clínico está a la vanguardia de Castilla y León, una Comunidad en la que no existe un protocolo unificado de actuación. En este sentido, durante el mes de noviembre se pondrá en marcha la primera consulta de la región para prevenir y tratar, en su caso, el síndrome post-UCI, que padecen los enfermos que pasan mucho tiempo ingresados en esta unidad. «En la UCIestán los pacientes en situación más crítica (accidentes de tráfico, infecciones muy graves, hemorragias cerebrales...) y están semanas con mucha medicación, intubados, con ventilación... Luego tienen muchas secuelas y complicaciones, psicológicas y funcionales; se trata de hacer un seguimiento y poder tratarlo», explica la doctora Elsa Mucientes, médico del servicio de Medicina Intensiva y directora del proyecto ‘Síndrome post-UCI’. «Se hará un seguimiento tanto cuando están allí, al ir a planta y, luego, al mes del alta del hospital, citarles para la consulta post-UCI y hacer una valoración completa, en unos 45 minutos para, en función de cada uno, poder derivarles ya a trabajo social, rehabilitación, psiquiatría, psicología...».
La humanización de la UCI también aborda asuntos más mundanos como la colocación de relojes en todos los boxes «para prevenir el delirio», una medida que se extenderá a REA y Coronarias, donde, además, existen calendarios y se facilita a los pacientes el acceso a la propia prensa, su música, su libros electrónicos... En el caso de la REA se instalarán ventanas retroiluminadas en zonas sin ventanas; son dispositivos que fingen una visión exterior, adaptando el nivel de luz a la hora del día.