La formación industrial era prácticamente inexistente antes de 1913. Esta ciudad dotada con grandes iglesias y numerosos conventos y palacios a comienzos del siglo XIX había perdido la prestancia alcanzada a principios del XVII siendo sede de la Corte. En las décadas de 1850 y 1860, por la construcción del ferrocarril, la ciudad vivió una época de euforia y despegue económico con la aparición de industrias metalúrgicas, textiles y harineras, que la convirtieron en centro de inmigración.
En 1906 se fundó la empresa productora de electricidad Electra Popular Vallisoletana, inaugurándose el alumbrado eléctrico del Mercado del Val en 1909 y la electrificación de los tranvías en 1910. Así, requería profesionales preparados para dar el impulso que estaba demandando la sociedad de aquella época, en la que además existía un importante grupo social poseedor de capital que permitirían convertir a la ciudad en el centro industrial más importante de la zona.
El 5 de abril de 1913 se crea la Escuela Industrial y de Artes y Oficios, del Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes. Las instalaciones se situaron en la Hospedería del Colegio Santa Cruz construida en el siglo XVII cuyo patio central se utilizaba como taller de ajuste. Inició su actividad con 189 alumnos.
Una de las antiguas salas donde se realizaban las prácticas de los estudiantes. - Foto: El Día
En este edificio, que estaba poco preparado para el uso de formación industrial, fue compartido durante 30 años por la Escuela Industrial con la de Artes y Oficios y por las enseñanzas de Aprendizaje. La formación impartida en esta Escuela se fue adaptando a las sucesivas ordenaciones de estas enseñanzas. En 1924 se promulga el Estatuto de la Enseñanza Industrial por lo que esta formación se separa de la de Artes y Oficios, estableciendo distintos grupos: las enseñanzas obreras pasan a Escuelas Elementales, las profesionales a Escuelas de Peritos Industriales y las facultativas a Escuelas de Ingenieros Industriales.
En este mismo año la Escuela se transforma en Escuela Industrial. En 1928 se desdoblan las enseñanzas industriales pasando las Escuelas de Ingenieros Industriales y las Escuelas Industriales a depender de distintos ministerios, y cambiando el nombre de los titulados de Peritos a Técnicos Industriales.
En 1929 la Escuela de Valladolid pasa a denominarse Escuela Superior de Trabajo. A mediados de los años cincuenta Valladolid se convierte en un polo de desarrollo de la mano del Instituto Nacional de Industria (INI) que generó el florecimiento de multitud de empresas vinculadas a la producción química, energética, metalúrgica, de transformación de madera, abonos, materiales de construcción, del metal, alimenticias, agrícolas, y fundamentalmente de la industria automovilística con empresas.
En 1964 la Escuela cambia de nombre y se transforma en Escuela de Ingeniería Técnica Industrial, reduciéndose la duración de la formación a 3 años. Posteriormente pasó a denominarse Escuela Universitaria Politécnica. Reseñar que en esta década, en lo que a formación en Ingeniería Industrial se refiere, solo existían en España tres Escuelas: Madrid, Bilbao y Barcelona, creándose a partir de esa fecha las de Valencia, Sevilla, Zaragoza, las Palmas y Tarrasa. En octubre de 1975 se crea la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Industriales de Valladolid.