Ochenta años han transcurrido desde la fundación del Instituto Núñez de Arce. Ochenta años en los que este centro público ha ido amoldándose a etapas muy distintas, desde sus comienzos en los años de la República, el brusco giro de la Guerra Civil, los tiempos oscuros de posguerra y franquismo, la transición, y por fin este cambio de siglo marcado por las diferentes leyes educativas aprobadas por unos y otros gobiernos de España. Ochenta años que han dejado muchos rastros en las aulas, pero también más allá de ellas, cuando alumnos y profesores volvían a pisar las calles de la ciudad.

La Sala de Exposiciones de la Diputación Provincial, en el Palacio Pimentel de Valladolid, acoge desde ayer una exposición que narra la historia de este centro educativo, que lleva por título: ‘Espacio, imagen, palabra. 80 años de arte y cultura del Instituto Núñez de Arce de Valladolid’. Una muestra, como indica Jorge Praga, profesor de Comunicación Audiovisual, con la que se quiere evocar esa larga vida pasada.

Se vuelve sobre los espacios que la albergaron, los proyectos iniciales y el edificio definitivo y singular del arquitecto Miguel Fisac. De allí brota también el arte que alcanzó renombre público, pintura y fotografía que docentes y discentes, a veces en estrecha dependencia, fueron cuajando, explica el docente. Lugar debe haber para la palabra de la poesía, del periodismo, del ensayo y de la ciencia rescatada de los libros donde ejercieron su fama y alcance. Y ocasión manifiesta para los vestigios de la vida pequeña y cotidiana de pupitres y encerados, patios, alumnos y profesores enredados en teatros, coros, revistas, deportes, excursiones cada vez más lejanas.