El valor del TIEMPO

Carmen Ansótegui / Madrid
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Valladolid, Segovia, Palencia, León, Burgos, Zamora y Salamanca han reducido de forma notable la duración del viaje en tren a Madrid gracias a la Alta Velocidad

«Pierde una hora por la mañana y la estarás buscando todo el día». Se trata de un dicho de Richard Whately, economista y teórico inglés de principios del siglo XIX, que quiso transmitir así la importancia que tiene el tiempo. El mensaje de esta conocida frase tiene más sentido aún en nuestra época en la que prima el apego al reloj. Nuestra vida avanza a un ritmo frenético que hace que apreciemos cada minuto y cada segundo como si fuese oro. Un tiempo que cuenta especialmente en los traslados, ya sea por trabajo o por ocio. En este sentido, la aparición del tren de Alta Velocidad en nuestro país hace 25 años supuso un antes y un después en la vida de los españoles. El incremento de la velocidad comercial fue un factor clave que provocó la transformación del sistema de transporte peninsular. Los trenes españoles más veloces avanzan hoy una velocidad media de 222 km/h, mientras que en Japón o Francia lo hacen a 218 km/h y 216 respectivamente. Madrid es el destino principal de los viajeros de Castilla y León, ya que acapara más de la mitad de los viajes totales. 7,8 millones de viajeros con origen o destino en Castilla y León utilizaron el tren como medio de transporte en el año 2016. De estos 7,8 millones de viajeros, el 53,3% son movimientos con Madrid; en concreto, 4,2 millones de viajeros se movieron entre Castilla y León y Madrid, de los cuales 3,8 lo hacen a través de las líneas de Alta Velocidad. En Castilla y León el cambio llegó en el año 2007 cuando se abrió la conexión de Alta Velocidad que unió Madrid con Valladolid haciendo parada en Segovia. Este nuevo servicio redujo los tiempos del viaje a la capital pucelana en más de una hora. Pasó de tardarse dos horas y media a unos 55 minutos, mientras que Segovia quedó a media hora de la capital. Con estos datos el AVE no batió sólo su propio record sino también el del coche, porque la duración del trayecto en automóvil desde Chamartín es una hora y media superior. La segunda etapa de grandes avances ferroviarios que se produjo en la región comenzó en el 2015. En septiembre de este año se abrió el tramo de Alta Velocidad que conecta Valladolid con Palencia y León. Antes de este gran hito viajar en tren a Palencia llevaba aproximadamente una hora y tres cuartos, así que la llegada de este servicio supuso una reducción del tiempo total de veinte minutos. En León se notó aun más la diferencia. Atrás quedaron las casi cuatro horas en coche o las tres horas en tren que había que invertir para ir a la capital del reino. Ahora el viaje en AVE a penas supera las dos horas. Pocos meses después, el servicio llegó también a Zamora. Acostumbrados a tardar tres horas en coche desde Madrid o dos en tren, los vecinos celebraron que con la llegada de la Alta Velocidad, pudieran recorrer esta distancia en tan sólo hora y media.PRÓXIMA APERTURA. Burgos se benefició de forma indirecta de la llegada de la Alta Velocidad a Castilla y León y mejoró sus tiempos de viaje a Madrid. Además, viajar a Burgos desde Madrid será pronto también más fácil y rápido. El Ministerio de Fomento anunció recientemente que los trabajos del AVE están a punto de finalizar y que el servicio comenzará a funcionar pasado el verano de 2018. Así se lo trasladó el titular del departamento, Íñigo de la Serna, al alcalde de la localidad, Javier Lacalle, y al presidente de la Diputación Provincial, César Rico, en una reunión que mantuvieron el pasado mes de abril. Para que este anuncio sea una realidad es necesario que las obras finalicen antes del periodo estival y que durante el mismo se realicen las pruebas necesarias.
Se estima que a partir de entonces haya que invertir una hora y tres cuartos para viajar de Burgos a Madrid y viceversa. No es baladí si se tiene en cuenta que ahora mismo se tarda 45 minutos más. Por otra parte, el AVE tampoco ha llegado hasta Salamanca aunque sí lo ha hecho el Alvia, el servicio de Renfe de larga distancia que combina trayectos de alta velocidad con tramos de vías de ancho convencional. Esta combinación permite llegar de la capital charra a la capital madrileña en hora y media. Es decir, una hora menos de lo que tardaríamos en coche de la estación de tren salmantina al intercambiador de Chamartín. Un vistazo a los tiempos de viaje previos a la red de alta velocidad recuerda en qué punto se encontraba el ferrocarril en España y hasta qué punto esta tecnología es capaz de cambiar la situación. Este velocísimo servicio ferroviario otorga un nuevo valor al tiempo cuando se trata de recorrer distancias superiores a 100 kilómetros. Una jornada parece estirarse y de algún modo sentimos que 'sobra' tiempo.